Pag. 310 – joseleandro
El tiempo no existe. Existen los cambios. En
este sentido, más que preocuparse por el reloj y calendario, ocuparse de las
acciones cotidianas. Poner en cada una de ellas el alma, para que contengan y
transmitan vida.
Cambios son entonces los que nos han traído
acá y cambios los que nos seguirán llevando por sendas nuevas. Familiarizarnos con ellos es de lo más
conveniente porque constituyen el ser de nuestra naturaleza. En este sentido,
si los cambios son los eternos e infinitos, entonces, no hay final.
En lo práctico, la vida cambia según el
modo de pensar de nuestros cerebros. No hay que olvidar que lo que hacemos es
reflejo de lo que pensamos. Por lo que es fundamental pensar por sí mismo para
poder vivir su vida, y no la vida que quieren los demás que vivamos.
Entonces, el tema central no es qué hacer
con el “tiempo” sino cómo vivir las acciones de cada día. De este modo, como
corolario, se sacan muchas preocupaciones y hasta miedos provocados por una ilusión
que es el tiempo.
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