lunes, 14 de septiembre de 2015

Pag. 310 – joseleandro
El tiempo no existe. Existen los cambios. En este sentido, más que preocuparse por el reloj y calendario, ocuparse de las acciones cotidianas. Poner en cada una de ellas el alma, para que contengan y transmitan vida.
Cambios son entonces los que nos han traído acá y cambios los que nos seguirán llevando por sendas nuevas.  Familiarizarnos con ellos es de lo más conveniente porque constituyen el ser de nuestra naturaleza. En este sentido, si los cambios son los eternos e infinitos, entonces, no hay final.
En lo práctico, la vida cambia según el modo de pensar de nuestros cerebros. No hay que olvidar que lo que hacemos es reflejo de lo que pensamos. Por lo que es fundamental pensar por sí mismo para poder vivir su vida, y no la vida que quieren los demás que vivamos.

Entonces, el tema central no es qué hacer con el “tiempo” sino cómo vivir las acciones de cada día. De este modo, como corolario, se sacan muchas preocupaciones y hasta miedos provocados por una ilusión que es el tiempo.

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